EL MITO DEL VOTANTE RACIONAL


De  EL MITO DE VOTANTE RACIONAL   (Bryan Caplan). Princenton Edition .
Por A.H.

Este interesante libro es un ensayo que trata de dar una visión económica de la política, buscando que las decisiones se basan en la racionalidad y no en los prejuicios tan comunes entre los humanos .
Ente los ciudadanos, y por tanto votantes, del mundo occidental existen una serie de tendencias comunes , que condicionan seriamente sus opiniones en muchos esferas:

1.- SENTIMIENTO ANTIMERCADO
El mercado bien entendido es una fuente de información y valoración de recursos escasos, pero esta enormente satanizado, se le trata con sospechas de manipulación por parte de poderosos.
El publico tiene dudas de que la búsqueda de beneficios privados genere resultados positivos para la sociedad en su conjunto, de hecho se opina lo contrario. Se devalúa la disciplina que impone la compentencia en el mecanismo de fijación de precios y competitividad
de individuos, empresas y países.
El problema es que el mercado libre raramente existe, se parece mas a un oligopolio controlado por unos pocos (telefonía, petróleo, banca, etc).
2.- SENTIMIENTO  ANTIEXTRANJERO.
En  todas las sociedades se trata con sospecha a los extranjeros. Pese a los muchos años de experiencias en sentido contrario, hay una tendencia general a minusvalorar los beneficios económicos de las relaciones con el exterior y a tratarles con sospecha,  como individuos que vienen a quitarnos nuestra riqueza y trabajo.
De aquí al racismo y xenófila , hay solo un paso.
3.-  PRO TRABAJO.
Esto lo vemos también muy claramente en nuestro país. Los gobernantes y ciudadanos valoran sus logros por el numero de personas empleados (tasa de paro, actividad, afiliados a la Seguridad Social), no por la productividad y resultados de su trabajo.
El ahorro de mano de obra de trabajo, la producción de los mismos bienes con menos recursos, menos tiempo, no se ve en general como un logro sino como algo negativo , pues implica la destrucción de puestos de trabajo cuando en realidad es la esencia del progreso: producir mas
con menos.
Para muchos gobernantes tener personas empleadas, en actividades poco productivas o incluso generadoras de perdidas (TV publica ,  Santana Motor, Per , etc) no es un problema y de hecho las financian con sumo agrado con nuestros impuestos naturalmente. Ahorrar trabajo tiene unos beneficios económicos evidentes, siempre y cuando estas personas se
puedan reciclar a otras actividades mas productivas.
Si nuestra sociedad fuera capaz de generar suficientes recursos y las personas dispusiéramos de todo nuestro tiempo para el ocio, el paradigma económico alcanzaría su perfección, el máximo bienestar con el mínimo esfuerzo , y de hecho esta es la tendencia general de
nuestra sociedad occidental, aunque muchos se empeñen en no verlo.  La mejora de los estándares de vida desde el siglo XIX se ha realizado a costa de reducciones de trabajo siempre ( los fines de semana, vacaciones, jornadas semanales mas cortas , etc) , que esto conduzca a la felicidad es otra historia sobre la que los psicólogos tendrían
mucho que decir.

4.-  TENDENCIA AL PESIMISMO.
Aunque parece sorprendente, los humanos tenemos una tendencia natural negativa  a la hora de valorar nuestro futuro. Hay una tendencia a sobrevalorar la gravedad de los problemas sociales y económicos y a minusvalorar los logros pasados y presentes de nuestra sociedad.
Esperamos que las situación económica se deteriore, que haya crisis, que políticamente se agudicen los conflictos, que nuestra salud se deteriore repentinamente, etc.  En todas las culturas hay permanentemente una sensación de caída, decadencia.
La realidad es que cuando analizamos al cabo de  años la situación, aquellas expectativas raramente se cumplen y siempre somos capaces de adaptarnos a las nuevas situaciones, algo excepcional en el ser humano. De hecho ni nuestros estándares de vida bajan, ni los recursos
se agotan, ni los salarios bajan ni la desigualdad aumenta, salvo en muy contadas circunstancias.
Todos estos puntos creo que se están viviendo de una manera muy
interesante en nuestro país en los últimos años.

A.H.
Salamanca

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